Los problemas de visión afectan a la mayor parte de la sociedad. Los más comunes son las disfunciones refractivas o ametropías y las condiciones visuales. Las ametropías pueden ser innatas o adquiridas, pero en ambos casos es importante detectarlas a tiempo para evitar futuros problemas. En este sentido resulta fundamental la labor del óptico-optometrista para detectar estas anomalías y tratarlas de la forma adecuada. Desde “Somos tu Optometrista” compartimos cuáles son los más extendidos y la mejor forma de compensarlos.
Miopía. La Organización Mundial de la Salud ha afirmado que se trata del defecto refractivo más extendido a nivel global. En España, cerca del 25 % de la población es miope y se estima que puede llegar al 50 % en 20 años. Pero hay datos peores, en China, el número de miopes alcanza el 90% de la población, cuando hace 50 años no llegaba al 20%. Esta deficiencia visual se caracteriza por su pronta aparición durante la infancia o la pubertad y se manifiesta en la imposibilidad de enfocar bien los objetos en distancias lejanas. Además, la miopía suele aumentar su potencia con el crecimiento y con el esfuerzo visual prolongado a cortas distancias además de otros factores de riesgo. Para su compensación se suelen utilizar gafas, lentes de contacto o cirugía refractiva a partir de una cierta edad.
Astigmatismo. Es otro problema visual muy frecuente entre la sociedad. En el astigmatismo existe una alteración en la curvatura de las estructuras oculares debido a que estas poseen forma achatada en vez de esférica. Esta anomalía provoca que cuando las imágenes entran en el ojo de forma paralela, se distorsionan, conllevando una visión borrosa tanto de cerca como de lejos. Para facilitar un enfoque correcto, a las personas astigmáticas deben utilizar lentes tóricas o cilíndricas.
Hipermetropía. Al contrario que en la miopía, en la hipermetropía se aprecian con claridad los objetos que están lejos, pero a una distancia próxima las imágenes se ven borrosas o necesitan un gran esfuerzo acomodativo para ser vistas con claridad. Esto se debe a que el enfoque de los objetos tiende a producirse por detrás de la retina, provocando que actividades como la lectura o la escritura sean un malestar permanente. Las lentes convergentes son en este caso la mejor opción para solucionar la hipermetropía.
Vista cansada, también llamada presbicia. Es un proceso natural que suele manifestarse en la mediana edad y es debido a la disminución de la capacidad de acomodación (enfoque). Esta pérdida de amplitud de acomodación empieza en la adolescencia y es entre los 38 y los 48 años cuando nos afecta para enfocar automáticamente objetos cercanos. Podemos compensarla mediante la utilización de gafas o lentes de contacto multifocales, que favorecen una corrección visual adecuada para diferentes distancias. Las operaciones quirúrgicas también ofrecen varios espectros para su compensación.
Fatiga visual. Se trata de una condición visual molesta común que ha aumentado considerablemente por lo que se denomina el ‘síndrome visual informático’. Las tareas visuales de ámbito cercano se han incrementado no solo por el uso de nuevos dispositivos como smartphones, tablets u ordenadores portátiles que requieren una mayor demanda visual y una menor distancia de visión sino por su excesivo, prolongado o inadecuado uso doméstico o de ocio. Todo esto, unido a una sobreexposición a la luz azul de sus pantallas, puede generar dolores de cabeza, confusión visual, visión borrosa o fotofobia. Lo mejor para evitarlos es realizar descansos para la vista cada 20 minutos, mantener una buena ergonomía y utilizar unas lentes oftálmicas antirreflejantes que eviten los riesgos asociados a esta luz.
Aquí finaliza nuestra lista de los problemas visuales que más afectan a la población. Recuerda que si detectas alguno de estos síntomas debes visitar a tu óptico-optometrista. ¡Cuida tu salud visual!
Comments